Leo hoy en la prensa digital, que las competencias sobre el toreo y todo lo relacionado con el tema, pasará de estar en manos del ministerio de Interior a estar en manos del ministerio de Cultura, con todo lo que ello conlleva (incluido posiblemente el que Ramoncín pueda meter mano y sacar tajada).
Esta noticia se presenta principalmente tras la reunión de un grupo de representantes del mundo del toreo que venían demandando desde antiguo que el toreo se considerase parte de la cultura. Y por supuesto, ante la afirmativa del gobierno de que pasen a estar en Cultura, pues el pueblo llano que protestaba por la barbarie debe cerrar boca, o al menos encogerla, ya que ahora no pueden decir que el toreo no es cultura. La verdad es que a mí el toreo me parece como el fútbol: una afición ilógica que siguen miles de personas que se emocionan con cada parte de lo que ocurre.
Ante este panorama, en el que ahora los pro-taurinos tienen un papelito para darles en las narices a los anti-taurinos, solo cabe esperar, o al menos es lo que yo pienso que terminará pasando, un nuevo asalto en la batalla de conciencia por la prohibición de ese espectáculo. Y de manera más especifica quizas toquen un poco más las narices en el tema de la prohibición de los toros en Cataluña, lo cual, como han demostrado en muchas ocasiones, no influirá para nada en el proyecto del gobierno catalán.
Solo queda ver como avanza el tema, porque con este movimiento del gobierno han vuelto a tirar las castañas al fuego, quien sabe si con alguna segunda intención (no en vano recordemos su famosa jugada de la reforma laboral en los dias que jugaba la selección española en el mundial) o simplemente para montarse un buen espectaculo mientras esperan cobrar el siguiente cheque.
Fuente: El País
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