El otro día me llegó por postcrossing una postal que me recordó directamente una serie de dibujos que me gustaba cuando niño, una de las buenas de la factoría Disney de la época, Patoaventuras. El tío Gilito es cuando menos un personaje conocido entre los que crecimos a caballo entre los 80s y 90s. Y como ese día estaba de buen humor pensé que sería una buena idea bajarme la serie para poder disfrutar de ella de nuevo. En versión original por cierto, que gana bastante frente al doblaje neutro que teníamos entonces.
La serie tenía una premisa muy sencilla: Gilito McPato es el más rico de Patoburgo, un viejo avaro en toda regla (no en vano en el original era Scrooge McDuck, en referencia al personaje de Cuento de Navidad de Dickens) que al inicio de la serie se ve cuidando de su tres sobrinos. Con éstos y otros personajes recurrentes, como el piloto Joe McQuack, el inventor chiflado, el mayordomo, la niñera, y la nieta de ésta, en cada capítulo, se veía inmerso en alguna aventura, a menudo involucrando la búsqueda de un tesoro. Típicamente con alguna moraleja simple y directa, como solían tener las series Disney.
También había un pequeño elenco de villanos con encanto, como la bruja Mágica que siempre buscaba robar la primera moneda (la de la suerte) del tío Gilito, su rival en lo financiero, otro pato escocés que era igual de avaricioso pero con bastante peores intenciones, y por supuesto los Golfos Apandadores, cómo olvidar a los hermanos Dalton de esta serie, un torpe trío del ladrones que siempre estaban entrando y fugándose de la cárcel, habitualmente para volver en el mismo episodio, no daban para más los pobres...
Mira que han pasado años, pero ahora que la veo de nuevo reafirmo la imagen que tenía de ella como un buen entretenimiento para niños, que le da mil vueltas a las chorradas que sacan hoy. Al menos el merchandising de esta serie no eran tanto figuras de acción o videojuegos (que también los hubo) como libros de todo tipo: tanto unos que contaban las historias de los capítulos, con pasatiempos, como otros muy simpáticos que recuerdo, que eran una colección llamada "Manual de los jóvenes castores" (en referencia al grupo Scout al que pertenecen los sobrinos del tío Gilito, y al libro que éstos usaban a menudo para salir de apuros), que era literalmente eso, como un manual de explorador, con trucos para moverse en la Naturaleza, algunas manualidades, curiosidades, juegos, ese tipo de cosas que hoy ya no llaman la atención porque sirven para aprender en lugar de "sólo para divertirse". Estoy seguro de que aún tengo algunos tomos de la colección en algún lugar de casa, en una caja o en segunda (o tercera) fila de un estante; podéis probar a bajar el primer tomo, que está escaneado en internet en pdf.
jueves, 14 de octubre de 2010
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