miércoles, 15 de octubre de 2008

Roleando 4

El Archimago de Animación de Mecanismos terminó de ojear la pila de mensajes urgentes que se había materializado en su mesa unos pocos minutos antes y finalmente dirigió su mirada al estudiante de pie del otro lado de su mesa.

-¿Y bien? ¿Has decidido ya en qué quieres trabajar de ahora en adelante? Ya has completado el entrenamiento básico de los hechizos de animación de clase C, así que ya deberías ser capaz de crear golems mecánicos de nivel medio.

-Así es, deseo crear una criatura mecánica que actúe como sirviente en el castillo. - Para cuando acabó la frase, el joven pudo comprobar cómo la atención de su superior se había vuelto a escapar de la sala, ya que ahora parecía estar en medio de una comunicación-trance con alguien situado en otro lugar, posiblemente el Decano de Alquimia o el Archicanciller. Finalmente terminó el trance y volvió a hablar.

-Perfecto, te asignaré un kobold para que te ayude. Antes de empezar con los hechizos para animar a la criatura tienes que tener terminado su cuerpo, asegúrate de que funciona de forma correcta o yo mismo lo lanzaré por la ventana al foso, ¿entendido? - Su mirada decía "tengo mil asuntos distintos en qué pensar, moléstame demasiado con éste y será lo último que hagas"

Con una leve inclinación, abandonó el despacho abarrotado con ingenios mecánicos que aún no habían sido hechizados, y con otros que aparentaban haber sido fulminados por un rayo. Tras pasar ante las altas estanterías llenas de códices sobre golems mecánicos, sus piezas y los conjuros que requerían, no podía sino pensar que si el Archimago le había dedicado un poco de su tiempo, esperaba buenos resultados. Por tanto y peor aún, tampoco podía evitar pensar que un fracaso no sería tolerado.

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