domingo, 28 de septiembre de 2008

Odisea ferroviaria

Y algunos se quejan de que el tren es aburrido porque no se ve nada interesante, que si sólo hay campos y zonas despobladas, que si el ruido que hace es monótono... El viernes llegué a Almería y lo primero que vi era que habían cancelado mi salida. Cojonudo, me dije, a esperar al día siguiente. Luego pregunté y resultaba que por problemas técnicos no especificados, el tren que venía desde Madrid tampoco había llegado, y la renfe había habilitado un servicio de emergencia desde Almería a Guadix, la siguiente estación de la línea. Allí el tren estaba esperando a que los de Almería llegáramos… en autobús. Tremendo, me pillo tren porque es más cómodo para mover todo lo que llevo cuando es inicio de curso, y resulta que del bus no me libro… en fin. Bueno, tampoco era para tanto después de todo, no me mareo en él y sólo es una hora y cuarto, el resto ya en el cómodo vagón.

Una vez ya por Guadix resulta que llegábamos con adelanto, porque curiosamente el tren tarda más que el bus en hacer ese mismo camino. Bien, las cosas se arreglan, ahora nos pasamos al tren y… pues no. El bus entra en Guadix por el desvío correcto, pero se equivoca de sentido, ya que el conductor no tenía, por lo visto, ni repajolera idea de dónde estaba la estación de tren. Confundido, vuelve a la autovía, toma dirección Almería por si acaso la salida adecuada era una que habíamos pasado ya, que no era, pero bueno. Total, otros tantos km. en dirección de vuelta, y se da cuenta de que tampoco es así, y toca volver al desvío que tomó antes y, ahora sí, toma la dirección correcta. A todo esto, la estación de tren se ve desde la autovía, así que el sentido a tomar era bastante obvio una vez en la salida correcta, por lo que no me explico la confusión.


Como no podía ser de otra forma, ha habido aplauso general, porque en lugar de llegar con 15 minutos de adelanto, hemos llegado con media hora de retraso. Esto se lo toma uno con filosofía y hasta se ríe, una concatenación de teoría del Caos y leyes de Murphy aplicadas a los viajes.

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