miércoles, 10 de septiembre de 2008

Puerta al verano

Puerta al verano es una novela de ciencia ficción escrita por Robert A. Heinlein.

Dan Davis es un ingeniero que en 1970 dirigía junto a Miles, su amigo abogado, una empresa para comercializar autómatas domésticos de su propia invención que realizaban múltiples tareas. La vida de Dan estaba en orden, su empresa iba haciéndose importante, ganaba suficiente dinero, y estaba prometido con su secretaria Belle. Pero un día se torció todo de golpe: Miles y Belle se habían aliado para quitarle su mayoría sobre las acciones de la empresa y poder dirigir ellos mismos el destino de la compañía: ganar mucho dinero sin preocuparse tanto de lo que a Dan verdaderamente le gusta, diseñar nuevos productos. Deprimido por completo, Dan decidió hacerse congelar (el sueño frío es mostrado como algo común y que la gente usa para visitar el futuro o esperar que encuentren la cura al mal que sufre) por espacio de 30 años. Luego se arrepiente y decide plantarles cara a sus antiguos compañeros en lugar de huir, pero la cosa vuelve a ir mal, y él acaba durmiendo hasta el año 2000 (sin envejecer). El protagonista se ve en un mundo distinto, al que trata de adaptarse, y donde buscará hacerse una nueva vida ahora que su anterior ha desaparecido sin remedio.

Lo verdaderamente interesante viene después, pero no pienso contarla entera. Tras habérmela leido por segunda vez, me he dado cuenta de que ha pasado a ser una historia de referencia para mí, posiblemente la que tendré en mente cuando me pregunten mi novela de ciencia ficción favorita. Es cuestión de gustos, claro, pero me identifico mucho con el protagonista por la forma en que se le describe y en que hace las cosas.

El título tiene un origen curioso que se explica al principio. Dan tiene un gato llamado Pet. Cuando nieva, él se asoma por la gatera y al observar esa cosa blanca y fría, vuelve a entrar. Tras eso, obliga a su dueño a abrir para él todas las otras puertas de la casa para mirar por ellas, pues el gato busca desesperadamente una puerta tras la cual no haya nieve, una puerta al verano. A lo largo de la historia, Dan afirma buscar su propia puerta al verano, una metáfora de su búsqueda de la felicidad.

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