martes, 21 de octubre de 2008

Theme Hospital

Theme Hospital es otro de esos clásicos olvidados con los que, lo reconozco, me he pasado horas y horas. La idea es muy simple, un juego de gestión de un hospital. Dispones de un presupuesto inicial, lo que ingreses por las curas y lo que gastes en equipos y sueldos. Hay enfermedades nuevas cada nivel y hay que preocuparse de que el personal esté contento y que los suelos estén limpios. Este aparentemente monótono juego se veía amenizado con un gran número de gags y bromas.



Las enfermedades eran cuando menos peculiares. Lo más normal era algo denominado "catarro atípico" (ni idea de qué tenía de especial, pero recuerdo que la gente se moría por ello), y algunas cosas como quitar escayolas. También había consultas serias como los rayos X, enfermería, cardiología (los ponías a correr) y otras así. Pero el resto eran la risa: los pacientes con la cabeza hinchada (mucho), los de la lengua caída (así como un palmo o dos de lengua colgando de la boca), los invisibles (sólo veías bombín, bastón, botas y gafas de sol) Los respectivos tratamientos eran de lo más raro: a unos les pinchabas la cabeza como si fuera un globo, y como tal se la volvías a hinchar con gas, pero sólo hasta el tamaño normal, a los otros les metías la lengua en una de estas máquinas con dos rodillos para escurrir la ropa y les dabas tijeretazo, o a los invisibles les endosabas una pócima, y se ponían bien. Si alguno llegaba vestido de Elvis es que tenía el Síndrome del Rey, que se curaba en el psiquiatra. Otro era la "Arguiñanitis" (me pregunto si le pidieron permiso a cierto cocinero para usar su nombre), que creo que también era algo del loquero. Había tratamientos que podían no funcionar en un tanto por ciento de las veces. En esos casos, los pacientes se sometían a ellos, pero al volver al pasillo caían muertos al suelo. En unas ocasiones al alma le salían alas y se alzaba en vertical con un clamor celestial, y en otras aparecía la muerte, se abría un pozo de lava, y la desdichada alma caía al tormento eterno con un gritito.

Todo sería muy fácil sólo con eso, pero es que además el personal médico, enfermeras y hasta los bedeles, se pasaba la partida quejándose y pidiendo aumentos de sueldo. Por cierto, había un tipo de médico, un tipo de bedel, un tipo de enfermera, y todas las recepcionistas eran iguales. Al contratarlos te decían si eran buenos o malos (y si no quedaban buenos en las listas del inem, había que contratar malos) con expresiones del tipo "Huele a repollo" o "Persona taimada y subversiva". En mi ignorancia allá por mediados de los 90 siempre contrataba a estos últimos porque no sabía lo que significaban ni taimado, ni subversivo. Imagina los resultados.

Al inicio del nivel (que ganabas al completar unas cifras impuestas de curaciones y beneficios) te daban uno o varios edificios vacíos que debías ir llenando con consultas y mobiliario. Si el sitio se ensuciaba mucho (los pacientes tenían las feas costumbres de tirar basura al suelo, mearse en los pasillos y hasta vomitar...) aparecían ratoneras en las paredes y de vez en cuando veías una rata negra corretear por los pasillos. A veces era un aliciente, porque si le atinabas a hacer click encima, el cursor se convertía en una mirilla, sonaba un disparo de escopeta y el bicho pasaba a ser una manchita roja, como si tú, gran dirigente de este juego en perspectiva isométrica, fueras un avezado francotirador. De vez en cuando tenías hasta un nivel bonus donde sólo tenías que matar ratas en un hospital sin consultas, sólo el edificio vacío.

Había otras cosas simpáticas, como la voz de la recepcionista, que soltaba aleatoriamente frases como "Se recuerda al personal que descanse a menudo", "Se necesita un médico en inflatoterapia" (lo de los pacientes cabezones), una enfadada reprimenda "No en-su-ci-en" y uno muy macabro, "Se ruega a los pacientes que no fallezcan en los pasillos". De vez en cuando te llegaba un fax diciendo que un VIP quería visitar tu hospital, y si aceptabas al poco llegaba un orondo señor trajeado que se paseaba parsimonioso por tu hospital parándose para mirar por las ventanillas de las consultas. Si lo que veía le gustaba, al irse llegaba un fax en el que se comunicaba una donación o una frase del tipo "Los he visto peores". Los VIPs tenían nombres como "Una estrella del fútbol", "Don Balbino Blanco" o "El Marqués de Higo Chumbo". Los bedeles tenían no sólo que limpiar y regar las plantas, sino que arreglaban las sofisticadas máquinas del hospital (cualquiera de ellas, desde la mesa de operaciones hasta la cinta para correr pasando por la bombona de gas para los pacientes cabezudos) cuando se iban haciendo viejas... a base de soplete y cuatro martillazos!!! Había terremotos aleatorios que lo dejaban todo hecho un desastre.

A veces te llegaba un helicóptero cargadito de muchos pacientes con la misma dolencia y tenías un tiempo máximo para curarlos. Típico, si lo hacías ganabas mucho dinero, pero si fallabas, todos los que quedaran sin curar morían a la vez, con la consiguiente deshonra y tal. En niveles avanzados aparecían infecciones simbolizadas por un moco verde flotando sobre la cabeza del afectado. Si pasaba mucho tiempo en tu hospital, otros la cogían y se armaba el lío.

Ah, y como olvidar que si necesitabas que un bedel o médico o enfermera estuviera en un determinado sitio, clicabas en ellos y luego en ese punto, y los trasladabas mágicamente a ese lugar. De lo más natural en los hospitales, ver que el personal aparece de la nada ante tí.

Creo que es la reseña de un videojuego más larga que he hecho hasta ahora, se nota que me encantaba, ¿eh?. Aquí hay un vídeo muy ilustrativo de juego.


7 comentarios:

  1. Juas, pues si se nota que eres fan del juego por la buena reseña que has hecho. Yo si no tuve la oportunidad de probarlo pues ya me encontraba en plenos estudios universitarios de pregrado. De eso, hace miles de años :)

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  2. Otra cosa en común, este juego me encantaba! Me fastidiaba porque en niveles avanzados era excesivamente dificil. Lo tenía todo perfecto, pero aún así los pacientes me llenaban el suelo de "potas". ¡Qué asco! Perdía por su culpa. Saludos y gracias por la gran "review".

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  3. Lo que más me gustaba era escuchar las llamadas de los altavoces...

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  4. Los niveles de más adelante eran infernales, yo a veces los tenía que jugar a velocidad mínima para poder enterarme de todo lo que pasaba y mantener el control. Al final la cantidad de suciedad me hacía contratar bedel tras bedel. Y aún así, no lo terminé nunca, al final saltaba un escándalo en algún momento.

    Gracias por el enlace de descarga.

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  5. ¿Qué hay que hacer para que dejen de potar en el suelo? Es aqueroso, y los bedeles muy lentos limpiando, las ratas salen por doquier. No lo entiendo.

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  6. Resignarse, nunca supe arreglar eso salvo contratando más bedeles que médicos y enfermeras juntas XD

    En teoría no depende de lo limpio del hospital, debe ser algo aleatorio (aunque es cierto que si hay ya muchas papillas en el suelo, la gente vomita más)

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  7. Excelente!! Qué lindo recuerdo!!

    Como alguien dijo, a mi también me gustaban los anuncios:

    -Se necesita un médico en INFLATOTERAPIA.

    -No ensuuucien.

    -Se les pide a los pacientes que sean.. pacientes.

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