Lo mismo que Lego, tenía varias series de cajas con modelos tematizados, de los que destacaban dos:
- La serie Astro, de naves espaciales y temática de ciencia ficción, de la que es fácil encontrar algunos ejemplos sueltos, aunque sea de cosas pequeñas. Atención a esa Unidad sideral de rescate o a ese Desintegrador de rayos láser: viva la buena ciencia ficción clásica de pistolas láser y naves surcando el espacio interestelar.
- La serie Roblock, donde con articulaciones se podían montar robots que se podían plegar para adoptar una forma alternativa de algún vehículo. Tenía 4 de ellos y disfrutaba como el enano que era entonces montándolos. De uno ellos, el llamado Thor, recuerdo haber perdido el manual de instrucciones por completo una vez que se empapó de agua, y no pude volver a montarlo nunca... hasta que un día lo volví a encontrar por Internet hace algunos años. ¿Adivináis quién volvió a montar el robot después de tantísimo tiempo olvidado?
Buscando ilustraciones para esta entrada del blog he encontrado este gráfico que me ha hecho recordar algo ciertamente innegable de Tente: las piezas tenían aristas verdaderamente afiladas, y pisar una de ellas descalzo podía ser doloroso con ganas.
Yo lo tengo en cajita
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