Lindsey Stirling

Esta es una de esas veces en las que vagabundeas por la red y terminas encontrando algo que llama tu atención poderosamente. En mi caso, ha sido llegar (aún no tengo muy claro como) hasta un videoclip de Lindsey Stirling.

Esta joven californiana es una virtuosa del violín a la que le ha llegado una cierta fama dada su participación en el programa de America's Got Talent. Algo parecido a lo que en España es el Tú si que vales. Con la clasificación entre los finalistas, Lindsey ganó una popularidad que se vio incrementada por los videos que fue subiendo de sus adaptaciones de algunas canciones y otras más suyas.

Viendo varios de los clips que tiene en Youtube, podemos encontrar un par de versiones (que personalmente me encantan) que os dejo aquí. La primera, es una versión de varios fragmentos de la BSO del Señor de los anillos y el segundo video son varios villancicos sajones con un ritmo celta.

En su canal de Youtube podemos encontrar más videos en los que demuestra su talento con el violín y si quereis verlos nada más que busqueis al user lindsaystomp y elijáis video.



Para terminar, quiero desviarme ligeramente del tema por un momento. Esta chica es una de esas artistas con talento y potencial para alcanzar un grado de fama importante. Y dio su salto por demostrar su talento en un programa y porque la gente ha ido viendo sus videos. Internet la esta lanzando a la fama y será la herramienta que le permita a ella conseguir la fama que desee.

Las legislaciones de privatización de Internet que estan intentando aprobarse conseguirán que ella y otros artistas ocultos queden desconocidos para el mundo por el mero hecho de que si a una empresa le da por decir que tienen contenido registrado, sus videos pueden ser borrados.

No olvidemos que lo mismo que Internet nos da la posibilidad de obtener cultura gratis, nosotros somos quienes podemos decidir retribuir a la cultura comprando algunos de los productos que previamente nos hemos descargado. No digo que compremos todo lo que descargamos, pero si apoyar al menos aquellos que nos gustan lo suficiente para tenerlos de verdad.