Hoy me gustaría hacer algo distinto, simplemente hablar, no montar una reseña de algunas noticias, no hacer una crítica de una obra, sino directamente divagar.
Nuestro cerebro está preparado, diseñado por la evolución, para ver patrones, encontrar similitudes y diferencias, encajar piezas en un puzzle cuya caja no hemos visto nunca. Cuando ha visto suficientes elementos de un conjunto, puede empezar a sacar conclusiones y hacer predicciones sobre los siguientes elementos que encontrará. De hecho puede hacerlo desde el primer elemento (y lo hace, aunque sin darse cuenta) pero cuanto menor la muestra que analiza, mayor la imprecisión. Hace poco me dí cuenta de que estaba pensando en manga. En concreto, el género shounen enfocado a peleas. Y estaba sacando un patrón de manera inconsciente, haciendo un meta-análisis. En realidad es muy sencillo, mirad:
Nuestro protagonista es un chico, muy probablemente adolescente, o a punto de serlo. No se caracteriza por su inteligencia, sino que, todo lo contrario, tiende a ser impulsivo e imprevisible. Su pelo es, invariablemente, alborotado o directamente lleno de picos más o menos grandes. Su atuendo suele ser llamativo, estridente, o bien desaliñado a posta. En ocasiones su obstinación incomoda o irrita a quienes le rodean. Y es que este chaval se ha propuesto, ya sea internamente y sin contarlo a nadie, o bien abiertamente y sin tapujos, lograr una meta que resulta a partes iguales imposible, disparatada, peligrosa o simplemente ingenua a ojos de los demás. El chaval, o bien carece de padres en sentido estricto, o ha crecido en un hogar ligeramente disfuncional o atípico, incluso con padres ni remotamente humanos en algunas ocasiones. No descartes un trauma emocional o vivencia dura en su pasado. No es de extrañar que dada su forma de ser, o por un secreto que los demás conocen sobre él pero que él mismo desconoce, haya sido objeto de marginación o recelo por quienes le rodean; aunque siempre puede decir que ha habido alguien que le ha apoyado, querido y respetado por ser como es, incluso aunque no haya sido consciente de ello hasta que fuera demasiado tarde, que también pasa a veces.
El protagonista vive en un mundo peculiar. Él mismo es, o empieza a serlo al inicio de la serie, parte de un subconjunto de la población total de ese mundo, que se diferencia del resto en algo muy básico y definitorio, que puede ser una habilidad o una condición, o bien una combinación de ambas. Me explico: quizá es descendiente de una antigua raza con superpoderes, o bien ha sido agraciado por el destino con una habilidad sobrenatural en un determinado momento de su vida, quizá un buen día descubrió que podía hacer cosas que los demás no podían. O simplemente, se ha esforzado desde pequeñito por formar parte de ese subconjunto. Como decía, el mundo es extraño, ya que este subgrupo de la población, sobre el que gira toda la acción de la serie, tiene una tendencia claramente combativa, enfocada a la pelea: quizá son los guardianes de la paz del reino, o los encargados de luchar contra el mal en un sentido muy amplio del término, que en cada encarnación del patrón adquiere una forma distinta.
El grupo del que hablamos tiene una estructura marcadamente piramidal, con muchos principiantes de escasa fuerza, entre los que suele empezar el protagonista, que irá escalando lentamente y no sin extenuante esfuerzo, hasta llegar, idealmente al final, a la misma cúspide, que quizá era el objetivo descabellado que el chaval se proponía. Pero no sólo hay muchos niveles horizontales por los que escalar, asociados a la fuerza o poder neto del personaje (y que el autor del manga a veces detalla de manera numérica, con estadísticas disponibles para los lectores como acompañamiento de su historia) También hay caminos verticales que corren paralelos hacia la cúspide: pueden ser especializaciones dentro de ese poder o habilidad que caracteriza al grupo, o bien tipos de habilidades (no es de extrañar que haya un esquema definido de fortalezas y debilidades de estos tipos unos respecto a otros), o quizá escuelas de lucha con estilos distintos.
Volvamos al elenco de intérpretes. El protagonista no está sólo en su camino hacia la cima, sino que usualmente está rodeado de condiscípulos de su escuela (en un sentido amplio), gente que se engloba en el mismo nivel que él. Suele haber un rival masculino que no se diferencia mucho de él, o al menos no tanto como él piensa. Además, no es extraño que haya una chica (si hay suerte, dos) que está interesada en el protagonista sin que éste, en su bendita inocencia, se dé cuenta. O igual es al revés. Entre el resto de compañeros, espera ver personajes estereotípicos por todos lados: el ligón, el tipo callado y amenazador pero sensible y amable, el inteligente o calculador del grupo, el malote, la chica tímida y enoramorada, la chica mandona e insoportable; combinaciones de varios de estos y muchos otros perfiles son muy habituales. Si como puede ocurrir, los compañeros le temen o le odian por algun detalle sin importancia sobre su persona (como que sea el anfitrión de un gran mal que habita en su interior, por ejemplo), el transcurso de la obra y la buena fe e ingenuidad del protagonista, unido a su sinceridad y el deseo de tener amigos, harán tarde o temprano que sus compañeros empiecen a apreciarle y a ver que "bueno, no es tan malo después de todo". No siempre estamos ante un protagonista incomprendido y odiado, pero en cualquier caso su forma de actuar conseguirá que a su alrededor se forje con solidez un grupo de compañeros que le apoyarán de manera incondicional. Algunos incluso pueden haber entrado en la obra como antagonistas.
Los malos de la historia suelen ser un grupo de taimados conspiradores que tienen un nivel de fuerza que suele estar por encima, aunque no demasiado, del del protagonista. La acción irremediablemente llevará al enfrentamiento, usando las habilidades o condiciones que definen a los personajes como especiales. Es habitual que los enemigos sean del mismo grupo, o tengan su propio set de habilidades definitorias. También puede ser que desde el principio se perfile la silueta de un malvado malo maloso que es tan ridículamente poderoso en comparación con el protagonista, que si se enfrentaran al inicio de la serie, ésta duraría un suspiro. Pero claro, eso no ocurre, y si ocurre, por algún motivo el malo le perdona la vida al bueno, o bien el bueno es salvado in extremis. Lo normal es que el protagonista se vaya enfrentando de manera sucesiva a villanos cada vez más fuertes, que inicialmente le harán morder el polvo, pero que finalmente y en épica batalla que se decide al final gracias a su esfuerzo y determinación, logrará derrotar para seguir adelante en su camino hacia su meta, ser mejor persona, y todo eso. Y al final, entonces es cuando le da su merecido al big boss.
En ocasiones el entramado del sub-mundo en el que transcurre la historia está detallado hasta la saciedad, y el lector puede disfrutar de extensas colecciones y listados de técnicas de combate, conjuros, y movimientos posibles. Hay uniformes característicos de las distintas facciones, caminos verticales hacia la cima o habilidades, que a su vez sirve para que el resto del mundo, las personas normales, les distingan. Conforme avanza la acción, se desvelan áreas nuevas de este mundo, no necesariamente en sentido geográfico, sino en el sentido de información sobre cómo funciona y se organiza el universo interno de la serie. Esto abre un amplio abanico de posibilidades antes nunca contempladas por el lector, y que el autor se encargará de explotar a conveniencia.
A poco que hayas visto algún anime en televisión o leído algún manga que sea del género habrás visto cosas que encajan: Dragon Ball, Rurouni Kenshin, Digimon, o quizá hasta Inuyasha, entre los más clásicos, y entre los menos clásicos One Piece, Naruto, Bleach, Blue Exorcist, La ley de Ueki, Tutor Hitman Reborn!... ¿me dejo alguno que conozcas? ¿algo que añadir al patrón?
sábado, 26 de noviembre de 2011
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El tema me suena, y la forma musulmana de leer también! jejejejeje! ;-)
ResponderEliminarJustamente he encontrado este sitio porque estaba pensando en las similitudes de los shounen y me ha dado por buscarlo. Totalmente de acuerdo.
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