¿Hacia dónde nos movemos? ¿Cómo nos van a afectar las nuevas tecnologías al nivel más cercano posible? Ojalá lo supiéramos, porque a pesar de que algunas aplicaciones son evidentes, tenemos un talento innato para buscar soluciones imaginativas a problemas que no sabíamos que teníamos, y también para dar nuevas aplicaciones a elementos que pensábamos agotados o que estaban diseñados para otras funciones. Pero algunas que sí que podemos esperar verlas más o menos pronto.
Vamos a ver mucha más automatización en todos los entornos imaginables, no necesariamente sólo en el plano de la domótica clásica. El entorno doméstico avanza hacia una mayor inteligencia y una mejor interconexión, donde no tendremos que preocuparnos de algunos asuntos como pueden ser la lectura de los contadores de suministro de servicios, la climatización y la gestión de residuos. Por ejemplo, se están empezando a implantar ya los contadores telemandados, para que en un plazo de 5 años todo el parque nacional transmita los datos de consumo. Esto va a permitir no sólo librarse de entregar la lectura a la compañía, sino que también posibilitará a la empresa tener los datos más reales de consumo para cada uno de los puntos de red implicados. Esto derivará en un mejor conocimiento general de la red eléctrica, que podrá optimizarse, con todo el ahorro que eso puede traer consigo. De manera similar, hay desarrollos para controlar los consumos y las pérdidas de agua en la red de distribución, un sistema aún más difícil de controlar que el eléctrico, ya que es difícil acceder a las tuberías y controlar cada centímetro de ellas para ver si están perdiendo flujo en algún punto.
Las ciudades, o al menos algunas de ellas, están dando pasos importantes hacia una mayor inteligencia (las llamadas smart cities), poblándose de sensores que recogen datos de manera continuada. Esto permite obtener mediciones interesantes tanto para el ciudadano como para la administración local y las empresas. En España por ejemplo, Santander, Zaragoza y Barcelona están abanderando este proceso. En Estados Unidos leía hace poco que se va a levantar una ciudad fantasma con el único propósito de usarla como laboratorio a escala real para éstos y muchos otros sistemas tecnológicos. Actualmente, estos desarrollos están abiertos a la entrada de compañías investigadoras, pero más adelante se supone que permitirán la inclusión de todo el tejido empresarial a la red.
De lo que hay algunos desarrollos interesantes también es para movilidad en las ciudades. Algunos diseñadores y científicos abogan por coches de uso comunitario incluso, pequeños, de gran movilidad y eléctricos, que se podrían utilizar y devolver a la circulación, o bien tenerlos en propiedad como normalmente hasta ahora. No hace falta tener muchas luces para saber que en una ciudad, cuanto más grande más evidente, el transporte público debería sustituir en gran medida a los coches privados para facilitar los desplazamientos, por no hablar de reducir la contaminación asociada. Con estos nuevos planteamientos quizá podamos ayudar a resolver los problemas que ahogan la vida en las grandes urbes.
Finalmente, y aunque no tenga aplicación directa para la vida diaria de la gente de a pie, hay algo que vamos a empezar a ver bastante en las próximas décadas, empezando desde ya, y es un rápido aumento en el tráfico privado hacia el espacio, con cada vez más empresas que se lanzan a la conquista de la órbita, sustituyendo el modelo de inversión exclusivamente estatal en todo lo referente a investigación y exploración espacial. Será, naturalmente, otro enfoque, más centrado en el beneficio a corto o medio plazo que en el conocimiento mismo, pero no por ello debemos descartarlo, más bien lo contrario, enfatizarlo: cuando hay dinero de por medio, ahí es cuando la gente se toma las cosas en serio.
lunes, 19 de diciembre de 2011
No sólo de grandes avances vive el ser humano
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Una pasada el puerto espacial, no sabía hasta que punto era una realidad. Es curioso como cuando algo empieza a generar beneficios, la velocidad de desarrollo se dispara
ResponderEliminarSé que da miedo (a mí tambien) ponerse en manos del capitalismo más puro, pero no hay muchas otras alternativas, y como por suerte la gente está empezando a darse cuenta del poder real que tiene, al poder elegir comprar o no, y con ello hacer triunfar o morir a las empresas, puede que alcancemos un buen equilibrio, ¿no?
ResponderEliminarEs decir, pocas empresas pueden hoy en dia permitirse el lujo de ignorar la voluntad de sus clientes.
En este caso, los únicos que se pueden permitir usar el espaciopuerto son los auténticamente ricos, pero si con lo que ahora es un capricho se puede financiar algo mayor, bienvenido sea: si yo tuviera ese dinero, palabra que pagaba un vuelo :D