La serie se centraba en torno a unos pequeños seres antropomórficos de no mayor tamaño que la palma de la mano y que vivían en las paredes de las casas. Más exactamente se centraba en una familia de diminutos, cuya existencia era conocida por un joven con quien tenían amistad y que les ayudaba a permanecer ocultos a todos, sobretodo ocultos a un científico que sabía de la existencia de los mismos y se esforzaba capítulo tras capítulo en demostrarlo ante el mundo.
La serie era de una simpleza increible y aunque existía un antagonista, no se puede decir que fuera malo (aunque algún método era cuestionable). Aún así, la serie promulgaba los valores de la amistad y el ingenio por encima de métodos como la violencia o la degradación de los demás, dando como resultado una serie de ambiente distendido en la que se podía disfrutar de un humor inocente muy característico de las series de la época y que sin embargo es casi imposible encontrar con esa calidad en las series de animación de hoy en día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario