El primero de ellos, El juego de Ender, cuenta una historia autoconclusiva, en su mayor parte. En él, el lector sigue la vida del joven Ender, que es llevado con sólo 5 años a la Escuela de Batalla, una estación espacial donde se entrena a los niños seleccionados por sus capacidades y potenciales detectados, como soldados, particularmente como comandantes, intentando formar y encontrar al genio militar que salve a la humanidad de los temibles insectores, una especie alienígena que ha entrado destruyendo todo a su paso en el Sistema Solar, y que sólo a duras penas pudo ser eliminada en su primera andanada. La historia, aunque narra su formación, se centra más en las presiones psicológicas a que le someten sus instructores con tal de despertar en él el talento que esperan encontrar. Al final, Ender logra la victoria sobre los insectores destruyendo por completo sus mundos de origen, aunque sin saberlo, ya que lo que para él sólo era una simulación muy realista para adiestrarle, en realidad en las últimas sesiones era el control remoto en tiempo real (gracias a un aparato llamado "ansible") de las naves humanas, que habían sido enviadas a los planetas de esta especie para aniquilarlos. Ender recibe así el apelativo de Xenocida, y la especie humana se libra de la pesadilla. Pero la cosa no acaba ahí.
Ender, atormentado por lo que ha hecho inconscientemente, se exilia en una las naves colonizadoras humanas, y en un planeta al que llega, descubre que los insectores, que en realidad no pretendían aniquilar a la humanidad, sino que su propia naturaleza era tan distinta de la nuestra, que no nos identificaron como especie inteligente, han previsto su llegada y han colocado allí un capullo con una nueva "reina colmena" que regenere la especie. Ender se convierte en su protector a lo largo de 3000 años, en los que viaja constantemente de planeta a planeta en naves a velocidades relativistas, por lo que él sólo envejece hasta los 35 años. En este tiempo, entabla contacto con una misteriosa entidad autodenominada Jane, un ser inteligente pero sin cuerpo físico, que vive en la red de ansibles creada por la humanidad, en todas partes y en ninguna, accediendo y sirviéndose de toda la capacidad de computación aunada de la humanidad.
En La voz de los muertos, Ender llega al planeta Lusitania, donde se ha descubierto una nueva especie posiblemente inteligente, los pequeninos. Las complejas relaciones entre la colonia humana católica brasileña de Milagro y esta especie central el primer libro, así como la de Ender y Jane, y la de éste con Novinha, la xenobióloga de la colonia, una mujer atormentada por las muertes de dos personas a las que quería, y de las que se culpa, durante su contacto con los pequeninos. Es complicado, pero cuando terminé de leer este libro, pensé: "el primer libro ha sido escrito sólo y exclusivamente para poder disfrutar en plenitud de este otro".
La historia continúa de manera bastante entrelazada en los siguientes libros, Ender el Xenocida e Hijos de la Mente. Ender ha resucitado a los insectores al decidir por fin que Lusitania será un buen lugar para que nazca la reina colmena. Las relaciones de la colonia humana con los pequeninos se complican cada vez más, y el virus de la descolada, algo que ya estaba en el planeta antes de llegar los humanos y que es la base de la biología aborigen, empieza a ser peligroso para los humanos al mutar más rápido de lo que se pueden encontrar remedios. Para más complicación, el Congreso Estelar manda una flota a Lusitania para destruir el planeta por el peligro que este virus supone, a la vez que empieza a sospecha de la existencia de Jane y teme su poder sobre la sociedad informatizada de los humanos. Los últimos dos libro son una gran contrarreloj en la que se trata de detener a la flota destructora, remediar los problemas con los pequeninos, encontrar la cura para la descolada, y conseguir un método para salvar a Jane una vez que es finalmente descubierta por el Congreso y éste decide literalmente desconectar todos los ansibles temporalmente para matarla.
{{fin del spoiler}}
Aunque son innegablemente ciencia ficción, tienen un toque de psicología y filosofía que ya quisieran muchas otras obras. Pero eso no quita que a lo largo de todos los libros se hable de viajes instantáneos a través del espacio, efectos relativistas, la naturaleza de la inteligencia y cómo todo en el universo está conectado (la teoría filótica que sustenta gran parte de los 3 últimos libros es compleja de pillar al principio, pero muy bien pensada, aunque por supuesto, sin base real alguna), lo diferentes que podrían ser otras especies inteligentes o no, y cómo en realidad ellos y nosotros seríamos iguales. A este respecto, en La voz de los muertos se establece una simple clasificación que es bastante interesante. Los utlannings (miembros de tu misma especie que viven en otra zona de tu planeta), los framlings (miembros de tu especie que viven en otros planetas), los raman (miembros de otras razas con los que se puede alcanzar una situación de cordialidad y entendimiento) y los varelse (bestias, miembros de otras razas inteligentes o no, con los que no se puede alcanzar nunca un entendimiento) Se especula ampliamente en el segundo libro sobre la naturaleza de los pequeninos, también apodados cerdis por su aspecto, intentando distinguir si son raman o varelse, lo cual por sus costumbres no es tan fácil de determinar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario