jueves, 20 de enero de 2011

Hablemos de Ofiuco

Encuentro difícil que alguien no haya oído hablar en los últimos días de la supuesta nueva constelación y símbolo del zodiaco llamada Ofiuco que unos entrometidos científicos han descubierto, sembrando el caos y el desconcierto entre los irritados astrólogos (que se quejan de intrusismo laboral) y los adeptos a los horóscopos, que ya no saben si son Cáncer, Tauro, Aries, o un jamón con chorreras: igual han pasado de ser testarudos y ariscos a amorosos y pacientes y ellos ni lo sabían; o peor aún, quizá su media naranja ideal ya no les vale porque no es de tal o cual signo...

Dejemos las cosas claras: el zodiaco es una chorrada integral de proporciones astronómicas (o astrológicas, según se vea). Los astros no influyen en nuestro destino o en nuestra forma de ser, porque no son entidades místicas: son gigantescas esferas compuestas por materiales tan mundanos como el hidrógeno o el helio en las estrellas, o en el caso de los planetas rocosos del vecindario, no demasiado distintos en sus materiales a la propia Tierra. Si influyen de alguna forma en nosotros, es por su gravedad, y en la mayor parte de los casos, su efecto sólo es medible por la pequeña distorsión orbital que generan, y eso sólo los planetas y poquito, las estrellas ni eso. Dicho esto, procedamos a hablar del tema:

Ofiuco NO es una nueva constelación: ha estado siempre ahí, desde la época clásica, como las demás. ¿Por qué no estaba en los horóscopos? Porque era mucho más simple cuando se inventó esa fumada total que conocemos como zodiaco que fueran 12 signos, un número con más fuerza. Como los meses, como luego los apóstoles, como el total de dedos de las personas que tienen 6 dedos por mano, porque es el doble del tiempo efectivo que trabajó dios para crear el mundo, porque 13 es un número feo o de mala suerte, el motivo que prefieras. Siendo estrictos, habría que incluir a Cetus también, que tiene su cachito de parcela en el cielo, por donde pasa el Sol durante unas pocas horas al año. Porque esa es otra, las supuestas fechas de cada signo (en teoría obtenidas de manera científica) no son realistas (bueno, como el resto de este asunto, así que lo mismo da) Siendo puristas, el Sol no pasa el mismo tiempo en todos los signos, así que la bonita uniformidad de 12 períodos similares es bastante artificial. Pero es que hilando fino, las fechas que se definieron hace muchos siglos ya no valen, porque nuestro planeta lleva a cabo un movimiento que no se suele explicar en profundidad en las escuelas: el eje se mueve ligeramente con el tiempo, es decir, la estrella polar no ha estado o estará siempre justo en el polo norte. Y si cambia polaris, cambian todas. ¿Esto qué quiere decir? Que los sagitarios de la época romana igual ahora serían escorpios (o el que sea), habiendo nacido el mismo día del año.


No pude evitar recortar este pedazo de periódico el lunes ante la sarta de idioteces que suelta: no sólo afirma que Ofiuco se ha descubierto ahora, sino que ya lo ha cuadrado en el zodiaco (aunque la ilustración sigue mostrando sólo los 12 símbolos de siempre), le ha colgado a las personas de este signo algunos apelativos bastante genéricos (como ser intuitivos) y otros muy esotéricos, como la capacidad de sanar a otros o tener premoniciones, ¡y hasta han determinado que los de este signo valen para médicos y arquitectos! Me alegro de no haber hecho ninguna de esas dos carreras, hubiera sido desalentador enterarme a estas alturas de que estaba contraviniendo mi destino escrito en las estrellas...

Hala, ya me he quedao agusto, podéis seguir creyendo en cuentos de hadas y quejaros por lo desconsiderados que son los científicos y la mala leche que tienen algunos para meterse con vuestras más arraigadas (pero totalmente anticientíficas) creencias.

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