La historia gira en torno a Dorian Gray, un joven y bien parecido aristócrata inglés. Al inicio de la novela, el pintor Basil Hallward está terminando el retrato de éste, y a través de él, el ingenuo e inexperto Dorian conoce al ingenioso Lord Henry Wotton, cuyas ideas y posturas filosóficas harán profunda mella en el impresionable adolescente. Es entonces, tras oír una apasionada alabanza a la juventud y la belleza que hace Lord Henry, cuando Dorian desea apasionadamente no perderlas nunca, y que el retrato sea el que cargue con el peso de volverse viejo y feo, firmando así tácitamente un contrato con el diablo.
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Dorian conoce al poco a Sibyl Vane, una joven y talentosa actriz de la que se enamora, y a la que acaba pidiendo en matrimonio. Pero esto afecta a Sibyl, que enamorada de él pierde su habilidad para el teatro, al haber encontrado el amor que hasta ahora sólo conocía en las heroínas de Shakespeare. Dorian, que se había enamorado de ella precisamente por su talento, la rechaza egoístamente, rompiéndole el corazón y provocando que ella se suicide esa misma noche. Más tarde en su casa, Dorian reflexiona sobre sus duras palabras hacia Sibyl, y se asusta al ver que su retrato ha cambiado ligeramente su expresión, como reflejando la maldad que ha cometido. Aunque pretende enmendar su error, el suicidio de su amor llega antes.
Siguiendo consejo de Lord Henry, Dorian la olvida y continúa con su despreocupada vida de aristócrata, que pronto empieza a torcerse al buscar el joven experiencias cada vez más arriesgadas y cometer pecados cada vez más atrevidos; cada una de estas vivencias va modificando un poco más su retrato (que bien pronto Dorian esconde en una estancia de su casa de la que sólo él tiene llave) hasta dejarlo casi irreconocible, horrible, viejo, arrugado y con un gesto permanente de maldad; Dorian en cambio permanece inalterado. El episodio definitivo para el retrato es posiblemente el asesinato de Hallward, el pintor, que Dorian comete años después cuando tras contarle a éste el secreto de su retrato, el artista le conmina a enmendar su comportamiento: las manos del retrato quedan manchadas de sangre.
18 años después de la muerte de Sibyl, Jim, el hermano menor de ésta, el cual había emigrado a Australia, regresa y busca venganza contra Dorian, pero el destino parece proteger al eterno adolescente, y Jim Vane fallece en un accidente de caza mientras acechaba a Dorian con un arma.
Gray comprende lo cerca que ha estado de pagar por sus pecados y decide empezar una nueva vida, que pretende comenzar deshaciéndose del retrato maldito, lo cual desemboca paradójicamente en su definitiva perdición.
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Esta novela ha sido para mí una espinita clavada desde hace años, en concreto desde que viera la inefable (pero entretenida para un rato de ocio descerebrado) "La liga de los hombres extraordinarios", donde el personaje de Dorian aparecía (aún sin salir en el cómic original de Alan Moore) Allí, Dorian es un inmortal en el sentido más estricto de la palabra, al que no le afecta ningún arma, y cuya única debilidad es su propio retrato, ya que supuestamente el encantamiento se rompería si posara su mirada en el lienzo: nada de esto tiene relación con la obra de Wilde, ya que Dorian no se muestra nunca como inmune a nada, y detiene su mirada repetidas veces en el cuadro a lo largo de la obra sin que le pase nada.
Como decía, ha sido un tema pendiente para mí, y de hecho hasta el tercer intento no he sido capaz de leerla entera. Ocurre que muchas veces la obra se llena de largas disertaciones sobre la belleza, el placer, la felicidad, o cualquier otro asunto que preocupara a los nobles británicos del siglo XIX. El inicio es tremendamente lento, y no empiezan a ocurrir cosas de verdad hasta que Dorian conoce a Sibyl, que es donde me quedé las dos primeras veces.
Por otro lado, he leído muchas veces que El retrato de Dorian Gray es una obra sobre la belleza, y tengo que discrepar: es una obra sobre la corrupción del alma de una persona, la belleza sólo es una excusa. Ciertamente la belleza de Dorian desencadena lo que le ocurre, desde la misma creación de su retrato. Pero el resto de sucesos del libro vienen por las pasiones, los pecados y los vicios de Gray, muchos desencadenados por los despreocupados comentarios de Lord Henry Wotton, que actúa como guía del joven, llevándole por un camino del cual no es totalmente consciente.
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